ÉTICA CORPORATIVA

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***Ética pelética peluda***

Cómo se llama el cargo del personaje que asume con aire de profesionalismo el rol de Cosiaca. Cuál es el título que debe adornar la oficina de un culebrero formal. Me lo pregunte con nostalgia y con la espalda curva por la desazón, cuando veía como se desmoronaba la esperanza de mis padres por el sucio engaño mercantil.

En un práctica aparentemente legal, fuimos arrastrados a una lujosa oficina en un lujoso edificio del poblado para participar de la rifa de un automóvil último modelo. La desbordada confianza en la oferta la respaldaba el nombre de una prestigiosa empresa que nos convocaba al sorteo, las estaciones de combustible ESSO, una entidad que ha demostrado, y nos ha demostrado porque conocemos a los ganadores, que sí se materializan los premios de sus promociones públicas.

Pues bien, con el optimismo alimentado por las dulzonas palabras de la promotora, cada miembro de esta sagrada familia colombiana, ingenua por herencia nacional, se despojó de sus trabajos, horarios y compromisos para asistir a la cita.

La primera pista fue el inequívoco letrero que colgaba en la salita de espera, muy diferente al de la marca que nos convocó por teléfono, que es bastante popular y con una imagen corporativa lo suficientemente definida como para saber que estábamos en el lugar equivocado. La cuestión aquí, es saber sí la reconocida empresa de estaciones de servicio participa de este engaño, o si desconoce que su nombre comercial es utilizado abiertamente por esta organización para atraer nuevos usuarios.

La segunda pista fue la cara de desconsuelo de las personas que salían de la oficina, y la tercera, la diligente atención y amabilidad del hombre que nos recibía, tan exagerado en sus formas y con esa sonrisa cansada de quien ha gastado la cortesía en un tráfico de eventuales clientes.

Finalmente, y como ya nos había ocurrido antes, la rifa resultó ser el artífice seductor para sentarnos frente a un escritorio y escuchar las ofertas de viajes, cruceros, hoteles, excursiones, y paquetes turísticos que vende la firma. Sion, que así se llama la compañía que tiene por estrategia de mercadeo la mentira y la estafa.

Y no niego que las cajas fuertes y el jueguito de números resulte exitoso para alguien, y que eventualmente regalen un carro, pero denuncio con enojo, y sobretodo con ese nudo en el estomago que le produce a uno la tristeza y el desconsuelo de los padres, la publicidad engañosa y el juego de palabras encantadoras que nos elevan a nosotros, los ilusos, por los caminos de la viciada suerte.

Finalmente no sé como se llama ese oficio. Creo que es vendedor.

1 comentarios:

Ana Acevedo Mejía. dijo...

ESSO no participa de este engaño. Ya averigüé y gracias a ti están investigando qué es lo que sucede con esa marca que los nombra sin ningún permiso.

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